El sector secundario de la economía se dedica a la transformación de los materiales brutos en productos manufacturados. Se trata de una actividad esencial para la sociedad moderna, ya que sin ella sería imposible satisfacer la demanda de bienes de consumo y de equipamiento. El sector secundario está formado por una gran variedad de industrias, desde la siderurgia y la metalurgia hasta la química y la automoción. En general, cualquier proceso que implique la manipulación o el tratamiento de materiales para obtener un producto acabado se considera una actividad del sector secundario.
Aunque el sector secundario es esencial para la economía, en muchos países su importancia ha ido declineado a medida que se ha desarrollado el sector terciario (servicios). Esto se debe en parte a las cambios en la estructura de la demanda, ya que los consumidores tienden a demandar cada vez más servicios y menos bienes manufacturados. También ha contribuido el aumento de la competencia global, que ha obligado a muchas empresas del sector secundario a reubicarse en países con costes laborales más bajos. No obstante, el sector secundario sigue siendo una parte importante de muchas economías, y se espera que continúe siendo un motor de crecimiento en los próximos años.
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