Diferencia entre atrasar y retrasar el reloj: usos, ejemplos y matices

Última actualización: octubre 31, 2025
  • En relojería se prefiere «atrasar el reloj»; para eventos y obligaciones, «retrasar».
  • Como pronominales, ambos expresan ‘quedarse atrás’ o ‘llegar tarde’, con matices de uso.
  • Alternativas: demorar (formal o americanismo), aplazar y posponer (registro cuidado).
  • «Detrás de» con complemento; «atrás» sin complemento o para dirección.

Diferencia entre atrasar y retrasar el reloj

Cuando se acerca el cambio de hora, mucha gente se pregunta si hay que decir que vamos a atrasar el reloj o retrasarlo. En los informativos y reportajes se escuchan las dos formas, y es normal que surja la duda: ¿son sinónimos exactos o existe un matiz que conviene respetar para hablar con propiedad?

La respuesta corta es que ambos verbos comparten terreno, pero hay preferencias claras según el contexto: en relojería suena más natural atrasar el reloj, mientras que para indicar que algo sucede más tarde de lo previsto se prefiere retrasar un pago, un viaje o una cita. Aun así, veremos que, como verbos pronominales, pueden significar ‘quedarse atrás’ o ‘llegar tarde’, con juegos de matices que conviene conocer.

¿Atrasar o retrasar el reloj? El uso más natural

En el ámbito del reloj de pulsera, pared o del sistema horario en general, lo habitual es hablar de atrasar las agujas o de que un reloj «se atrasa». Esto recoge el valor de hacer que el instrumento marque un tiempo que ya ha pasado o que su mecanismo marche con menos velocidad. Por eso, cuando en España llega el cambio horario de otoño, decimos que hay que atrasar el reloj una hora.

Ahora bien, los diccionarios académicos también registran que retrasar puede emplearse para el mismo fin: hacer que un aparato indicador, como el reloj, marque una hora anterior. Con todo, el peso del uso y las recomendaciones de estilo hacen que, en la práctica cotidiana, la gente opte por atrasar el reloj y reserve retrasar para posponer o demorar acciones y eventos: retrasar un pago, retrasar una entrega, retrasar un viaje.

De hecho, en reportajes recientes sobre el cambio de hora —por ejemplo, en torno a la fecha — se escuchan ambas formas, pero los especialistas en lengua subrayan que para la máquina relojera suena más preciso atrasar, y para la acción de posponer, retrasar. Esa preferencia hace que, si el reloj pierde ritmo, digamos «mi reloj se atrasa», y si llegamos tarde, digamos «hoy me he retrasado».

Significados compartidos y valor pronominal

Como verbos pronominales, es decir, con pronombres como me, te, se, nos, os, se, ambos pueden expresar la idea de quedarse atrás o llegar tarde. Dos ejemplos claros: «Me retrasé en el pago de las cuotas» y «Juan dijo que se había atrasado en sus estudios». Aquí se observa que, en ciertos países y contextos, la preferencia puede inclinarse de un lado u otro, pero los dos se entienden sin problema.

Con todo, hay un reparto de matices bastante extendido: cuando hablamos de «llegar tarde» a una cita, a una ceremonia o a una clase, es muy frecuente usar retrasarse («Mil disculpas, me retrasé por el tráfico»). En cambio, cuando describimos el hecho de quedarse rezagado respecto a un grupo o a un objetivo («El maratonista se atrasó y quedó en último lugar»), «atrasarse» resulta muy natural, especialmente en usos informales o descriptivos de desempeño.

Este reparto no es un corsé rígido: también es correcto decir «estoy un poco atrasado con la materia» para informar del estado actual (suele aparecer con el verbo «estar»), y «nos vamos a retrasar» cuando, por cualquier motivo, prevemos llegar tarde. La clave es fijarse en el foco: atrasar, más pegado a relojes y a quedar por detrás; retrasar, más pegado a posponer y a llegar tarde.

Relojería y técnica: el mecanismo que “se atrasa”

En terminología clásica de relojería aparece un matiz técnico: tocar el registro de un reloj para que el «volante» o la «péndola» marchen con menos velocidad, de modo que el aparato indique una hora anterior. Esa acción, descrita en repertorios lexicográficos, se asocia de forma natural con atrasar el reloj. Si notas que tu reloj pierde tiempo, dirás que «se atrasa» unos minutos al día.

Este uso también justifica la recomendación estilística: en textos periodísticos o divulgativos, lo más claro es escribir que, en el cambio estacional, las agujas se atrasan, mientras que las reuniones o vencimientos pueden retrasarse. Se trata, en suma, de respetar una afinidad semántica asentada por el uso y corroborada por explicaciones normativas.

Pagos, viajes y citas: cuando lo que se mueve es el calendario

La acepción más extendida de retrasar fuera de la relojería es «hacer que algo ocurra más tarde de lo debido o acordado». Por eso suena canónico «retrasar un pago», «retrasar un envío» o «retrasar un viaje». En la vida diaria lo usamos también de forma pronominal: «Me he retrasado un poco» para justificar una llegada tardía.

En el día a día, encontramos ejemplos como estos: «Si no conduces —o manejas, según el país— un poco más rápido, nos vamos a retrasar», o «La rueda de prensa sufrió un retraso de quince minutos». Además, en contextos académicos o laborales, es normal leer que alguien «se ha retrasado en la entrega» de un trabajo o «se ha atrasado respecto al plan de estudios»; en este último, el foco está en la idea de quedar por detrás del ritmo previsto.

Ejemplos prácticos y juegos de contraste

Veamos algunos pares que resumen bien estos matices sin quemarnos la cabeza: «Si el reloj se atrasa, tú te retrasas»; «No te atrases, que nos retrasaremos»; «Todos los años tocamos las agujas para atrasar una hora»; «El banco ha tenido que retrasar el abono de las nóminas». Notarás que en cada dúo el verbo más natural encaja con la idea dominante (máquina vs. calendario).

Una precisión útil: en estilo cuidado, si quieres sonar impecable, intenta que, en frases con reloj o con la idea de mecanismos de medida del tiempo, aparezca atrasar; en cambio, cuando el sujeto es un evento o una obligación, escoge retrasar. Es una estrategia de claridad que ayuda al lector a entenderte a la primera.

Demorar, aplazar y posponer: sinónimos parciales y registros

Además de atrasar y retrasar, en el español actual conviene tener a mano otros verbos cercanos. En muchos países de América, por ejemplo en Colombia, es habitual decir que alguien se demoró para expresar que llegó tarde. En España, en cambio, «demorar» suena más formal o administrativo: «Exijo que se realice el pago sin más demora» es una fórmula típica en escritos oficiales.

También están aplazar y posponer, muy útiles cuando hay acuerdo entre las partes o se comunica una decisión formal. «Aplazar un pago» implica realizarlo más tarde de lo previsto, usualmente con consentimiento de la otra parte; de ahí viene «pagar a plazos». «Posponer» encaja en registros cuidados y burocráticos: «Mucho me temo que tendremos que posponer nuestra cita».

Usos adjetivales: atrasado y retrasado

En función adjetival, el reparto también da pistas. Para describir procesos, comunidades o desarrollos colectivos, es frecuente hablar de un lugar «atrasado» cuando va por detrás en ciertos indicadores: «Ese es un pueblo atrasado». Es una valoración, claro está, y conviene usarla con prudencia.

En cambio, en contextos de desarrollo biológico o madurativo se documenta «retrasado» para señalar que algo no va al ritmo esperable: «Este cachorro está retrasado para su edad». Cuando se aplica a personas, esta palabra cargó durante décadas con un fuerte valor despectivo y ofensivo; por eso, hoy se desaconseja por respeto y precisión, y se prefiere un lenguaje clínico y respetuoso en ámbitos sanitarios y educativos.

Detrás y atrás: ¿también son intercambiables?

Junto a la duda sobre los verbos, a menudo aparece otra: «detrás» frente a «atrás». En líneas generales, «detrás» funciona como adverbio o como locución preposicional con «de»: «Está detrás de la puerta». «Atrás» es adverbio y apunta a la parte posterior o a movimiento hacia ella: «Da un paso atrás», «Mira hacia atrás». En la práctica, cuando va seguido de un complemento nominal, el uso preferido es «detrás de». Cuando no hay complemento, «atrás» suena muy natural. Hay variación regional y estilística, pero estas pautas te evitarán tropiezos.

Este contraste también se cuela en materiales de aprendizaje y tarjetas de memorización. Un estudiante que repasaba Anki contaba que en distintos mazos encontró «retraso» tanto para vuelos como para ruedas de prensa, y se preguntaba por la sutileza con «detrás» y «atrás». La clave, de nuevo, es el contexto: «retraso» para demoras; «detrás/atrás» para ubicación o dirección.

Casos reales y preguntas frecuentes

¿Qué decir en el cambio estacional de hora? Lo natural es «atrasar el reloj una hora». ¿Puedo decir «retrasar el reloj»? Se entiende y es válido según repertorios, pero la preferencia del uso empuja a «atrasar». ¿Y para eventos? «La ceremonia se retrasó porque muchos invitados llegaron tarde». ¿Y en clase? «Me he retrasado con la entrega, pero ya casi lo tengo».

¿Cómo describo un fallo de puntualidad propio? «Me retrasé por el tráfico» es la fórmula más extendida. ¿Y si hablo del ritmo respecto a un plan? «Voy un poco atrasado con los temas», especialmente cuando usas «estar» + participio para describir estado. ¿Y en deportes? «Se atrasó en la última vuelta y perdió posiciones» pinta muy bien la idea de quedar por detrás.

Notas de estilo y recomendaciones de expertos

Diversas recomendaciones de uso explican que, aunque atrasar y retrasar comparten significados, el hablante suele preferir uno u otro según el matiz: «atrasar» para relojes y para quedar por detrás; «retrasar» para posponer y llegar tarde. Estas pautas aparecen en respuestas de asesorías lingüísticas universitarias y en entradas divulgativas, y vienen acompañadas de ejemplos como «Retrasó el pago a sus empleados» o «El maratonista se atrasó y quedó en último lugar».

Por si quieres ampliar, existen recomendaciones específicas dedicadas a «Atrasar y retrasar» en portales especializados de lengua. En ellas se distinguen con detalle los usos pronominales («Me retrasé en el pago»; «Se atrasó en los estudios») y se recuerda que los dos verbos pueden intercambiarse en ciertos contextos sin generar confusión, aunque la preferencia de estilo ayuda a ganar precisión.

El español real: medios, podcast y comunidad

En medios y podcasts de aprendizaje avanzado se habla a menudo de estas diferencias. Un episodio conducido por un profesor de español —emitido un jueves, capítulo 193— dedicó una semana a responder dudas y abordó la tríada retrasar, atrasar y demorar. El programa, que publica de lunes a viernes y ofrece audiocursos sobre cultura, costumbres y expresiones, invitaba a los oyentes a enviar preguntas a podcast@fluentspanish.express y a visitar www.fluentspanish.express, con acceso a transcripciones y actividades, además de una comunidad para practicar por escrito y oralmente.

La transcripción del episodio incluía apartados con definiciones y ejemplos: «retrasar un pago o un viaje», «retrasarse en los estudios», «me he retrasado un poco». Para atrasar: «hacer retroceder las agujas», «el reloj se atrasa». Y, en tono de advertencia, se recordó que el uso insultante de «retrasado» es muy ofensivo y debe evitarse. También se explicaron alternativas como «aplazar» y «posponer», con ejemplos típicos de uso formal.

Como curiosidad colateral, algunas plataformas sociales sugieren fórmulas de agradecimiento extra —enviar pequeños obsequios o «gifts»— para que las preguntas de los usuarios aparezcan en secciones destacadas del perfil del experto y, con ello, aumenten las posibilidades de respuesta. No es lingüística, pero dice mucho de cómo circula hoy la información sobre el idioma.

Matices regionales y de registro

En América Latina se oye con frecuencia «demorarse» en vez de «retrasarse»: «Se demoró y llegó tarde». En España, «demorar» queda más para cartas formales o avisos administrativos: «Rogamos que el trámite se complete sin demora». En el habla cuidada peninsular, la combinación «atrasar el reloj» y «retrasar una cita» resulta particularmente natural.

También hay pequeños choques léxicos: «conducir» frente a «manejar»; «ordenador» frente a «computadora». Por eso verás que algunos ejemplos traen la doble forma o, directamente, optan por la más extendida en España para que el consejo sea útil a quien lo lea aquí.

Errores frecuentes y cómo evitarlos

Primer tropiezo común: decir «retrasar el reloj» por calco de «retrasar» = «hacer luego». Es comprensible y se entiende, pero si quieres sonar como un relojero, lo fino es «atrasar el reloj». Segundo, usar «atrasarse» para todo tipo de tardanza personal; es posible, sí, pero «retrasarse» comunica con más claridad la llegada tarde.

Tercer punto: abusar del adjetivo «retrasado» aplicado a personas. Además de sonar despectivo, hoy se evita por razones éticas y de respeto. Si necesitas describir un proceso con desfase en ámbitos técnicos o sanitarios, recurre a terminología específica y neutral. Y, por último, no mezcles «atrás» y «detrás» indiscriminadamente: «detrás de» con complemento; «atrás» cuando no lo hay o se indica dirección hacia la parte posterior.

Ejemplos reunidos de los distintos usos

– «Este fin de semana atrasamos el reloj una hora» (cambio de hora).
– «La aerolínea retrasó el vuelo por causas técnicas» (evento pospuesto).
– «La rueda de prensa sufrió un retraso» (sustantivo para la demora).
– «El maratonista se atrasó y quedó rezagado» (quedar por detrás).
– «Voy un poco atrasado con los estudios» (estado respecto al plan).
– «Me retrasé un poco por el tráfico» (llegar tarde).
– «Si el reloj se atrasa, ajusta el mecanismo» (mecánica).
– «Exijo que el pago se haga sin más demora» (registro formal).
– «Podemos aplazar la reunión para el lunes y posponer la presentación» (sinónimos formales).

Si te interesa profundizar en descripciones y ejemplos desarrollados, existen respuestas de asesoría lingüística que abordan estas parejas y añaden muestras de uso real con distintos matices. En ellas encontrarás frases como «Retrasó el pago a sus empleados» frente a «Tu reloj se atrasa», o «No podíamos empezar la ceremonia porque muchos invitados se atrasaron» junto a «Si no conduces un poco más rápido, vamos a retrasarnos».

Con todo lo anterior, es fácil ordenar la cabeza: cuando el sujeto es un reloj o un mecanismo de medición, piensa en atrasar; cuando el sujeto es una acción, un evento o la propia llegada, piensa en retrasar. Y recuerda que, pronominalmente, ambos pueden significar ‘quedarse atrás’ o ‘llegar tarde’, según la zona y el registro, por lo que conviene apoyarse en el contexto y en la preferencia de estilo para escribir con precisión y naturalidad.

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