El mito de Eneas: Héroe troyano y fundador de Roma

  • Eneas fue un héroe troyano hijo de Anquises y la diosa Afrodita.
  • Tras la caída de Troya, escapó con su padre e hijo, emprendiendo un viaje hacia Italia.
  • En su travesía vivió un romance con Dido, reina de Cartago, quien se suicidó tras su partida.
  • En Italia, Eneas venció a Turno y aseguró el linaje que daría origen a Roma.

Mito romano de Eneas

Eneas es una de las figuras más importantes de la mitología romana, un héroe troyano cuya historia está profundamente ligada a la fundación de Roma. Su relato, narrado en la Eneida de Virgilio, ha sido clave para construir la identidad del pueblo romano y su vínculo con los dioses.

Este artículo explora la vida y hazañas de Eneas basándonos en múltiples fuentes clásicas. Desde su papel en la guerra de Troya hasta su viaje a Italia, pasando por su fatídico romance con Dido y su enfrentamiento con Turno, analizaremos cada etapa de su historia en detalle.

El origen de Eneas y su papel en Troya

La leyenda cuenta que Eneas era hijo de Anquises, un príncipe troyano, y de la diosa Afrodita (Venus para los romanos). Según el Himno homérico a Afrodita, Zeus hizo que Afrodita se enamorara de un mortal, lo que resultó en el nacimiento de Eneas. Anquises, al presumir de su relación con la diosa, fue castigado con un rayo que lo dejó paralítico.

Durante la guerra de Troya, Eneas jugó un papel importante como guerrero y comandante. Aunque no era el líder principal de los troyanos, era considerado su mejor guerrero después de Héctor. En la Ilíada, Homero describe cómo Eneas fue protegido por los dioses en varias ocasiones, como cuando Apolo y Poseidón lo salvaron de la furia de Aquiles, ya que su destino era sobrevivir para fundar un nuevo reino.

Viaje de Eneas tras la caída de Troya

La huida de Troya y el viaje hacia Italia

Cuando Troya cayó, Eneas recibió la orden de los dioses de huir. Cargando a su padre Anquises sobre sus hombros y llevando de la mano a su hijo Ascanio, escapó de la devastada ciudad junto a otros supervivientes. Su esposa Creusa no tuvo la misma suerte y pereció en la huida, apareciéndosele en forma de espíritu para decirle que su destino estaba en otra parte.

Así comenzó un largo viaje por el Mediterráneo en el que Eneas y sus seguidores encontraron muchas dificultades. Pasaron por Tracia, donde encontraron la tumba de Polidoro, un hijo de Príamo que había sido asesinado. Luego llegaron a Delos, donde el oráculo les dijo que su destino estaba en la antigua patria de Dárdano, antepasado de los troyanos, lo que interpretaron como Italia.

Eneas y Dido: Un amor trágico

En su travesía, una tempestad los llevó a Cartago, donde fueron recibidos por la reina Dido. Afrodita y Juno intervinieron para que Dido se enamorara de Eneas, lo cual ocurrió rápidamente. Los dos vivieron un apasionado amor hasta que los dioses recordaron al héroe su verdadero destino.

Mercurio, enviado por Júpiter, le ordenó retomar su viaje. Eneas, aunque a regañadientes, obedeció. Dido, desesperada por su partida, se suicidó maldiciendo a los descendientes de Eneas, lo que en la tradición mítica explicaría las futuras Guerras Púnicas entre Roma y Cartago.

Batalla de Eneas en Italia

La llegada a Italia y la guerra con Turno

Finalmente, Eneas y los suyos llegaron a Italia. Allí, el rey Latino lo recibió con hospitalidad y le ofreció en matrimonio a su hija Lavinia. Sin embargo, Turno, el líder de los rútulos y antiguo pretendiente de Lavinia, se sintió traicionado y declaró la guerra a Eneas.

La batalla entre ambos bandos fue encarnizada. Turno logró victorias iniciales, pero con la ayuda de sus aliados etruscos y el apoyo de los dioses, Eneas salió victorioso. En el enfrentamiento final, Turno suplicó por su vida, pero al ver que llevaba la armadura de Palas, su amigo caído, Eneas lo mató, asegurando su destino como fundador de una nueva dinastía.

Legado de Eneas y su divinización

Tras la victoria, Eneas fundó la ciudad de Lavinio, en honor a su esposa Lavinia. Su hijo Ascanio, también llamado Julo, fundaría posteriormente Alba Longa, de donde provendrían Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma.

Según la tradición, tras su muerte, Eneas fue convertido en un dios por su madre Afrodita y pasó a ser conocido como Júpiter Índiges, una deidad protectora del pueblo romano. Su historia no solo sirvió para legitimar el origen divino de Roma, sino que también inspiró el ideal de heroísmo y deber hacia los dioses y la patria.

A través de la Eneida y otras fuentes, el mito de Eneas se ha convertido en un pilar fundamental de la mitología romana, mostrando la conexión entre Troya y Roma y consolidando la idea de que el destino de los romanos estaba predeterminado por los dioses.

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