En el corazón de la literatura egipcia del Imperio Medio se encuentra un relato considerado a menudo como una joya de la narrativa moral y cultural: La historia del campesino elocuente. Este texto, cuya autoría se desconoce, no solo nos ofrece una ventana a las tradiciones y valores del Antiguo Egipto, sino que también refleja debates universales sobre justicia, desigualdad y el papel de las autoridades.
Este cuento narra el periplo de un campesino que, tras sufrir una injusticia por parte de un terrateniente, busca incansablemente que se le imparta justicia. El relato, más que un simple juicio de lo que es justo o injusto, explora conceptos como la elocuencia, la retórica y la perseverancia frente a las adversidades. A continuación, desentrañaremos esta fascinante obra en toda su profundidad.
Un contexto histórico y literario único
La historia del campesino elocuente pertenece al Imperio Medio de Egipto, periodo comprendido entre los años 2049-1782 a.C. Este fue un tiempo de resiliencia y renacimiento cultural, en el que se lograron increíbles avances en las artes, la escritura y la administración. La obra refleja la importancia que tenía la justicia para los egipcios, concebida no solo como un valor moral, sino como una necesidad para mantener el equilibrio y la armonía del mundo.
El concepto de Ma’at, una noción central de la cultura egipcia que se traduce como ‘armonía’ o ‘orden’, está muy presente en este relato. Según los egipcios, los dioses habían instaurado el Ma’at al crear el mundo, y era responsabilidad tanto del rey como de los jueces preservarlo en la tierra. Esto significaba impartir justicia y garantizar que la desigualdad no alterara el equilibrio social.
El protagonista: Khun-Anup y su viaje por la justicia
El personaje principal de este cuento es Khun-Anup, un campesino que encabeza una caravana cargada de bienes valiosos con el objetivo de comerciar. Sin embargo, en su camino, se encuentra con Nemtynakht, un terrateniente codicioso y abusivo que, valiéndose de tretas y excusas, termina robándole sus posesiones.
Khun-Anup, lejos de resignarse a ser víctima de una injusticia, decide apelar al magistrado Rensi, un juez local, para que se haga justicia. Esta decisión valiente marca el inicio de una serie de eventos que pondrán a prueba tanto su elocuencia como la capacidad de los jueces para actuar en consonancia con los principios del Ma’at.
Desarrollo de la historia: entre discursos y decisiones
La narración se divide en tres partes principales que incluyen la interacción inicial con Nemtynakht, la serie de peticiones que hace Khun-Anup al magistrado Rensi, y el desenlace en el que el campesino recibe finalmente justicia.
1. La trampa de Nemtynakht: El terrateniente, al ver los bienes de Khun-Anup, idea un plan para acusarle de invadir su propiedad. Coloca una tela que abarca el camino estrecho, y cuando uno de los burros de Khun-Anup pisa los cultivos, utiliza esto como excusa para golpearle y confiscar sus bienes.
2. Las peticiones al magistrado: En su búsqueda de justicia, Khun-Anup realiza varias visitas al magistrado Rensi. En estas interacciones, destaca no solo por la fuerza de sus argumentos, sino también por su habilidad para utilizar la retórica y mantenerse persistente ante el silencio inicial del juez. El campesino demuestra una extraordinaria elocuencia, utilizando metáforas y máximas que reflejan valores fundamentales de la sociedad egipcia.
3. Intervención del rey: La historia alcanza su clímax cuando el magistrado Rensi lleva el caso ante el rey. Este, fascinado por las habilidades verbales de Khun-Anup, ordena que se le escuche y se registre todo lo que diga. Finalmente, el rey decreta un castigo para Nemtynakht y recompensa al campesino otorgándole las propiedades de su agresor.
El papel de la elocuencia y la retórica en la historia
Uno de los elementos más destacados de esta obra es el uso de discursos poéticos y retóricos por parte de Khun-Anup. Cada petición al magistrado no es solo una súplica; es una demostración de cómo las palabras pueden ser una herramienta poderosa para combatir la injusticia.
Los discursos del campesino están llenos de referencias al Ma’at y a la responsabilidad de los jueces de actuar con imparcialidad. Khun-Anup equipara al juez con figuras divinas, instándole a recordar su deber sagrado de impartir justicia. Además, estos discursos son ricos en metáforas que representan el equilibrio, la responsabilidad y la moral.
El mensaje oculto del cuento
Más allá de la historia de un campesino que lucha por sus derechos, este relato tiene una capa más profunda. Habla sobre el conflicto entre las fuerzas positivas y negativas dentro de la sociedad. Los discursos de Khun-Anup no solo apelan a su caso en particular, sino que también critican las desigualdades sistémicas y los abusos de poder.
También se puede interpretar como una lección sobre la importancia de la perseverancia y la fe en un sistema justo. Aunque inicialmente no ve resultados, Khun-Anup continúa luchando porque cree en los principios fundamentales de la justicia, principios que eventualmente prevalecen.
Un desenlace cargado de simbolismo
El final de la historia representa el restablecimiento del equilibrio. La justicia es finalmente impartida, Nemtynakht es despojado de sus bienes y Khun-Anup es recompensado no solo por su elocuencia, sino por su razonamiento moral.
Además, el hecho de que el rey intervenga refleja la centralidad del poder real como guardián último del Ma’at. Aunque el rey retrasa la justicia para registrar las palabras de Khun-Anup, este retraso sirve para transformar su caso en una lección didáctica para la posteridad.
Esta obra demuestra cómo la justicia puede ser tanto personal como colectiva, recordándonos que, aunque el camino hacia ella puede ser arduo, está al alcance de quienes actúan con virtud y determinación.
