- Nerón fue un emperador romano conocido por su crueldad, sus excesos y su trágico final.
- Tras su muerte, surgieron leyendas sobre su tumba y la presencia de fenómenos paranormales en Piazza del Popolo.
- El Papa Pascual II ordenó un exorcismo en el lugar en 1099, destruyó su tumba y construyó una capilla.
- La capilla evolucionó hasta convertirse en la actual Basílica de Santa María del Pueblo, un punto clave en Roma.
La historia de Roma está llena de intrigas, traiciones y leyendas que han trascendido los siglos. Entre ellas, la historia del emperador Nerón y la Basílica de Santa María del Pueblo es una de las más fascinantes, rodeada de misterio y supersticiones que han perdurado hasta la actualidad.
Nerón, uno de los emperadores más polémicos del Imperio Romano, dejó tras su muerte una huella imborrable en la ciudad eterna. Su tumba, originalmente en la zona de Piazza del Popolo, fue objeto de leyendas sobre fantasmas y rituales oscuros. Este temor llevó al papa Pascual II en el siglo XI a ordenar un exorcismo en el lugar y la construcción de una capilla que con el tiempo se convirtió en la majestuosa Basílica de Santa María del Pueblo.
¿Quién fue el emperador Nerón?
Nerón Claudio César Augusto Germánico nació el 15 de diciembre del año 37 d. C. y gobernó entre los años 54 y 68 d. C. Es recordado tanto por sus extravagancias como por la brutalidad con la que reprimió a sus opositores. A lo largo de su gobierno, acumuló enemigos dentro del Senado y entre el pueblo romano, lo que eventualmente lo llevó a su caída.
Se le atribuyen múltiples crímenes, incluyendo el asesinato de su madre, Agripina, su esposa Popea Sabina y su hermanastro Británico. También es acusado de haber provocado el Gran Incendio de Roma en el año 64 d. C. y de haber culpado a los cristianos para justificar su persecución.
La muerte y legado de Nerón
Cuando Nerón fue declarado enemigo público en el año 68 d. C., decidió suicidarse antes de ser capturado, aunque necesitó la ayuda de su secretario, Epafrodito, para llevar a cabo el acto. Con su muerte se intentó borrar su legado mediante la práctica de la Damnatio Memoriae, una condena que buscaba eliminar cualquier rastro de su existencia en esculturas y escritos.
Aunque oficialmente había muerto, comenzaron a circular rumores y leyendas sobre su regreso o sobre su espíritu atormentando la ciudad. En especial, su tumba se convirtió en un lugar asociado con sucesos paranormales.
La leyenda de la tumba de Nerón
Se dice que el sepulcro de Nerón se encontraba en la actual Piazza del Popolo en Roma. En este lugar, con el paso del tiempo, creció un gran nogal, que fue considerado maldito, ya que se creía que su presencia era un nexo entre el mundo de los vivos y los fantasmas de los condenados.
Muchos aseguraban que por las noches aparecían espectros y que grupos de brujos realizaban rituales de magia negra en los alrededores. El papa Pascual II, preocupado por la gran cantidad de relatos sobre sucesos sobrenaturales, afirmó haber tenido una visión de la Virgen María en la que le ordenaba eliminar cualquier rastro de la tumba del emperador.
El exorcismo y la construcción de la basílica
Siguiendo la supuesta visión, Pascual II organizó un exorcismo en el sitio en el año 1099. En una gran ceremonia, el árbol fue talado, los restos óseos de Nerón fueron exhumados y quemados, y posteriormente, sus cenizas fueron arrojadas al río Tíber para eliminar cualquier posible maldición.
Para conmemorar este evento y agradecer a la Virgen María por su guía en el exorcismo, decidió construir una capilla dedicada a ella en ese mismo lugar. Con el paso del tiempo, esta capilla creció hasta convertirse en la actual Basílica de Santa María del Pueblo, una de las iglesias más importantes de Roma.
La Basílica de Santa María del Pueblo
La construcción original de la basílica fue ordenada por Pascual II, pero fue reconstruida en 1472 por orden del papa Sixto IV. La actual iglesia es una joya del renacimiento italiano y alberga impresionantes obras de arte, entre ellas, pinturas de Caravaggio y esculturas de Bernini.
La basílica sigue siendo un destino popular tanto para fieles como para turistas que buscan conocer su historia y admirar su arquitectura. Muchos aún recuerdan la leyenda de Nerón y cómo su presencia influyó en la transformación de este lugar.
Las leyendas de Roma nos transportan a un pasado lleno de misterio y superstición. La tumba de Nerón y la historia de la Basílica de Santa María del Pueblo son un reflejo de cómo la historia y el mito se entrelazan en la Ciudad Eterna, formando relatos inolvidables que continúan fascinando a quienes visitan este emblemático lugar.